Por: Mónica Munizaga Yávar
Uno de los sueños de Jella Lepman era unir las naciones a través de la Literatura para niños y jóvenes y ese sueño se cumplió, una vez más, en el 37° Congreso internacional de IBBY, en Moscú, durante el 10, 11 y 12 de septiembre de este año.
No sólo tuve la suerte de asistir y el honor de representar a IBBY Chile, sino también la fortuna de conocer personas, experiencias y proyectos que nos hermanan con otras naciones y nos hacen creer y confiar en que hay esperanzas en un mundo mejor, tal y como lo pensó Jella Lepman cuando fundó IBBY.
Fue así como pude hacer cruces con experiencias de IBBY Palestina, Egipto, Armenia, Estonia, Líbano, Costa Rica, Argentina, España, Países bajos, Camerún, Rumania, Kirguistán y, por supuesto, Rusia, entre muchos otros.
Los que se vivió en Moscú fue una fiesta en torno a los libros, a la vida, a la unión de las naciones. Fue una fiesta híbrida, en medio de una pandemia mundial que hizo aplazar el evento un año y, quizás, eso hizo que se viviera de manera aún más intensa, con nuevas experiencias y desafíos por trabajar en este contexto.
Entre las muchas actividades a las que asistí, uno de los principales temas que me llamaron la atención fue la migración. Por sólo nombrar algunas, mencionaré iniciativas como los libros silentes de la Biblioteca de Lampedusa, que liberan las barreras de los migrantes y los igualan produciendo conexión entre las personas. O la influencia de la LIJ belga y francesa en la literatura de África y la importancia de ofrecer diversidad de libros tanto locales como universales para desarrollar la identidad en los lectores. O la brillante apertura del congreso realizada por Zohreh Ghaeni, de IBBY Irán, que nos mostró cómo la lectura puede darle un sentido a la vida de las mujeres y niños en situaciones de contexto adverso, donde los libros pasan a ser su refugio y acogida. Y, no puedo dejar de mencionar, la maravillosa charla de Marit Törnqvist al recibir el premio IBBY- IREAD outstanding reading promoter, por su labor de promoción de lectura con niños refugiados, haciendo que la lectura tienda puentes que conectan el lugar, costumbres y formas de vivir del lugar al que llegan, con el que tuvieron que dejar.
Menciono estas ponencias porque al vivir- durante los días en que se desarrolló el Congreso- el espíritu de unión como seres humanos, más allá de nuestras nacionalidades, pero también con la riqueza que cada uno aportaba desde su cultura, se hace aún más vívida y patente la importancia de integrar a los migrantes que están llegando a nuestro país. Acogerlos e integrarlos bajo el espíritu de Jella Lepman y la luz que IBBY otorga en todos los rincones del mundo.
2021